Los medios comunitarios se establecen
como un contrapunto a las grandes corporaciones que conforman los medios de comunicación
de masas. Estos últimos, tienen se presuponen que tienen todo el poder, pero ¿realmente
es así? Los medios comunitarios son como aquella aldea de irreductibles galos,
grupos de gente dispuesta a ofrecer información veraz, desinteresada y sobre todo,
útil para la comunidad. Un medio de comunicación libre, en el que todas las
personas, voces y opiniones tienen cabida, en resumidas cuentas, lo que se
supone que deberían ser todos.
Recientemente, tuvimos la oportunidad
de contar con la experiencia de una persona tremendamente implicada en estos
medios comunitarios, Miriam Meda González, coordinadora estatal de medios
comunitarios. Miriam nos ilustró acerca de la labor que realizan este tipo de
medios y se esforzó en disipar muchos de los mitos que corren sobre estos
medios. Además, también explicó cómo se financian este tipo de medios, aunque
no difiere en mucho de los medios generalista, aunque sí el fondo. La
publicidad existe, pero siempre por parte de Pymes cercanas a donde tiene la
sede este medio, como una forma más de integrar y cohesionar la comunidad que
los rodea.
Por mi parte, creo que la idea detrás
de los medios comunitarios es buena, pero tampoco creo que sean algún tipo de
panacea o cuadratura del círculo. Es innegable que la labor que realizan es
algo muy digno y que debería ser más reconocido, pero creo que no logran
ofrecer una independencia ideológica real. Evidentemente, son más
independientes que los medios convencionales, no hay duda, pero venderse como apolítico
es realmente complicado y no creo que realmente lo consigan. Un ejemplo de esto
es el video que se nos mostró con intención de despejar los prejuicios ante los
medios comunitarios. Resultaba muy gracioso, pero esas “gracietas” eran un poco
rancias y muy evidentes. Si eso ocurre en un video de presentación, no quiero ni
imaginarme cómo será en vivo y en directo.
Con eso y todo, creo que la labor
de estos medios es muy importante y que deberían tener más presencia y fuerza.
El problema, es que cada vez lo tienen más difícil, no sólo por una legislación
que no los desarrolla, sino también, por haberse establecido en un limbo legal
que no aporta seguridad alguna y las aboca a la desaparición. En este sentido,
tenemos el reciente ejemplo de Tele K, que se está viendo asediada hasta el límite
de poder desaparecer como una emisora tradicional. Una lucha, que es como la de
David frente a Goliat, y que Tele K tiene muy difícil de superar.
Esto es un mero ejemplo de lo
complicado y difícil que lo tienen los medios comunitarios para poder sobrevivir
y cumplir su función social. España necesita una mayor concienciación en este
sentido, y sobre todo sus políticos, más preocupados en dar más medios a
aquellos que más tienen en lugar de a los que tienen propuestas novedosas y
serían garantes de mayores cotas de libertad informativa.
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